Los chefs, instructores culinarios, autores de libros de cocina y expertos en alimentos han promocionado la relación clásica de tres partes de aceite por uno de vinagre como la mejor fórmula de la vinagreta. Pero a medida que nuestra preferencia por las ensaladas se ha desplazado hacia sabrosa, brillante y contundente, esta fórmula de la vieja escuela, que produce un aderezo que es sabroso pero aburrido, se queda corto.
